jueves, 16 de junio de 2016

RECUPERACIÓN: LUNES 20 DE JUNIO


 3ª EVALUACIÓN

 EXAMEN 2: 

Tema 10: 
La noticia
Complementos del verbo (análisis sintáctico)


Tema 11: 
La argumentación
Los subgéneros teatrales: tragedia, comedia y drama (Apuntes del blog).

Tema 12: 
La argumentación

EXAMEN 1: 

 Tema 7: 
El diálogo
La entrevista
El género narrativo
Tipos de enunciados

Tema 8: 
La narración
Sujeto y predicado

lunes, 6 de junio de 2016

TEATRO FORO - 2º C

Resultado de imagen de teatro foro la rueda teatro social

Jueves 9 de junio: Entrega de textos teatrales. 
Cada grupo entregará un guion escrito de su pieza teatral. Se valorará la presentación, la expresión escrita y la originalidad.

En la portada de todos los trabajos debe aparecer una fotografía de la estatua o imagen estática que cada grupo ha creado para representar su conflicto.

Miércoles 8 de junio: Muestra final de los grupos 2  y 3

Lunes 13 de junio: Muestra final de los grupos 5, 1 y 4

En las muestras teatrales se valorará la capacidad expresiva de cada uno de los intérpretes, así como la calidad de escénica de la representación.

En resumen, en este proyecto de teatro foro valoraremos la creatividad, el esfuerzo y la actitud mostrada en cada una de las sesiones de trabajo.

GRUPOS: 
Grupo 1: Álvaro G, Huayta, Daphne, Antonio y Andrea.
Grupo 2: Sofía T, Paula, Nicolás, Álvaro M. y Javier.
Grupo 3: Verónica, David, Patri, Jorger Arroyo y Sofía P.
Grupo 4: Mario, Julia, María, Elena y Carlos.
Grupo 5: Leire, Irene, Roberto, Jorge Bahamonde y Samuel.

lunes, 30 de mayo de 2016

SUBGÉNEROS TEATRALES






Los subgéneros teatrales más importantes son la tragedia, la comedia y el drama. 

La comedia y la tragedia llevan a escena el espectáculo de la vida, y ambas nos muestran su complejidad y belleza mediante la alegría y el dolor, tal y como representan las máscaras de la imagen.Los actores, en la Antigüedad, actuaban con ellas , y elegían unas u otras en función de si la obra que se representaba era trágica o cómica.

La tragedia es una obra de tema serio, elevado, en la que los personajes suelen ser gentes distinguidas (reyes, nobles...). La característica más destacada de la tragedia es que tiene un final desgraciado: el protagonista, o los protagonistas, fallecen sin poder hacer nada por evitarlo. La finalidad de la tragedia es conmover, impactar en el corazón del lector-espectador.Los personajes hablan un lenguaje culto y poético, propio de los valores que encarnan, y a eso se debe que su estilo literario sea más elevado. La tragedia suele tener un final desdichado.

La comedia, por el contrario, trata temas más ligeros, y sus personajes pueden ser de distinta condición social. Muchas veces tiene apuntes humorísticos, y su final es siempre feliz. La finalidad de la comedia es entretener al lector-espectador. El protagonista entra en conflicto con otros personajes que encarnan leyes, costumbres o valores sociales anticuados y ridículos, por lo que, mediante la astucia y el humor, sale triunfante.

El héroe de la comedia encarna el sentido común. La comedia suele inspirarse en situaciones de la vida cotidiana y representa el lado más humano de los personajes. Su lenguaje es coloquial y tiene abundantes rasgos de estilo llenos de ingenio y humor, llegando, en ocasiones , a representar el absurdo.


     El drama pone en escena un conflicto serio, donde están en juego valores importantes como el amor, la horadez o la dignidad. A diferencia de la tragedia, sus protagonistas pueden ser de cualquier condición social y el conflicto se sitúa en la vida cotidiana. En el desenlace, el protagonista obtiene un triunfo moral, aunque a costa de muchos sufrimientos.


TRAGEDIA

HAMLET, William Shakespeare

A Hamlet, príncipe de Dinamarca, se le aparece una noche el fantasma de su padre muerto confesándole una dura noticia: su muerte no fue un accidente, sino una argucia de su mujer y su cuñado (los actuales reyes) para poder gozar con libertad de sus amores ilícitos. Tras esta confesión, el rey muerto le pide a su hijo venganza de tan cruel crimen. Hamlet se finge loco para poder llevar a cabo su venganza, y abandona a su novia Ofelia. Los reyes, fingiendo preocupación por la falsa locura de Hamlet, lo envían en un barco a Inglaterra haciéndole creer que hacía tal viaje en función de embajador, cuando realmente el viaje no era más que una excusa para matar al príncipe lejos del palacio. Sin embargo, unos piratas apresan el barco y Hamlet puede regresar a Dinamarca. Para asegurarse de que la confesión que oyó a su padre había sido real, contrató a unos actores para que representasen en la corte una historia exactamente igual a la del asesinato del rey muerto, y así poder él observar la reacción de su madre y del rey actual. Éste se marcha de la representación muy alterado. Poco más tarde Hamlet se reúne con su madre y el padre de Ofelia se esconde en el cuarto de la reina para poder escuchar la conversación: Hamlet, al notar que había alguien escondido tras una cortina y pensando que era el rey, lo mata. Inmediatamente después se suicida, ya totalmente enloquecida y desesperada, la joven Ofelia, arrojándose al río. El hermano de Ofelia, Laertes, reta a Hamlet a un duelo de espadas para vengar a su padre y a su hermana. El joven Laertes cuenta con la ayuda poco limpia del rey, que sugiere envenenar la punta de la espada para que Hamlet falleciese con un solo toque. Y, por si esa medida no surtiera efecto, el rey le ofrecería a Hamlet para refrescarse una copa de vino envenenada. Sin embargo, en el momento del duelo, la reina bebe accidentalmente esa copa. Laertes consigue herir a Hamlet con la espada, pero también se hiere a sí mismo y le confiesa al príncipe todo el ardid. Entonces, Hamlet toma la espada de Laertes y también hiere al rey y le obliga a beber de la copa envenenada.





Hamlet.Morir…, dormir; no más! ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir…, dormir! ¡Dormir!… ¡Tal vez soñar! ¡Sí, ahí está el obstáculo! ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos librado del torbellino de la vida! ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio! Porque ¿quién aguantaría los ultrajes y desdenes del mundo, la injuria del opresor, la afrenta del soberbio, las congojas del amor desairado, las tardanzas de la justicia, las insolencias del poder y las vejaciones que el paciente mérito recibe del hombre indigno, cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete? ¿Quién querría llevar tan duras cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, si no fuera por el temor de un algo, después de la muerte, esa ignorada región cuyos confines no vuelve a traspasar viajero alguno, temor que confunde nuestra voluntad y nos impulsa a soportar aquellos males que nos afligen, antes que lanzarnos a otros que desconocemos? 

COMEDIA 

Eloísa está debajo de un almendro, Enrique Jardiel Poncela 


EDGARDO.—Ya era hora, hombre. (Mirando de alto abajo a LEONCIO.) Conque ¿este es el aspirante?
FERMÍN.—Este, señor.
EDGARDO.—Tiene algo cara de tonto.
FERMÍN.—Como al señor no le gustan los criados con demasiada cara de listo…
EDGARDO.—El justo medio es lo prudente. ¿Se va imponiendo en las costumbres de la familia?
FERMÍN.—Poco a poco, porque sólo llevo enseñándole desde este mediodía por sí al señor no le gustaba, y como la cosa no es fácil…
EDGARDO.—No es fácil; lo reconozco. (A LEONCIO.) ¿A ver? Acerqúese…
FERMÍN.—(Aparte, a LEONCIO.) El interrogatorio misterioso… Cuidado con las respuestas.
LEONCIO.—Sí, sí…
EDGARDO.—¿De dónde es usted?
LEONCIO.—De Soria.
EDGARDO.—¿Qué color prefiere?
LEONCIO.—El gris.
EDGARDO.—¿Le dominan a usted las mujeres?
LEONCIO.—No pueden conmigo, señor.
EDGARDO.—¿Cómo se limpian los cuadros al óleo?
LEONCIO.—Con agua y jabón.
EDGARDO.—¿Se sabe usted los principales trayectos ferroviarios de España?
FERMÍN.—(Interviniendo.) Hoy empezaré a enseñárselos, señor.
EDGARDO.—¿Qué comen los buhos?
LEONCIO.—Aceite y carnes muy fritas.
EDGARDO.—¿Cuántas horas duerme usted?
LEONCIO.—Igual me da dos que quince, señor.
EDGARDO.—¿Fuma usted?
LEONCIO .—Cacao.
EDGARDO.—¿Sabe usted poner inyecciones?
LEONCIO.—Sí, señor.
EDGARDO.—¿Le molestan las personas nerviosas, de genio destemplado y desigual, excitadas y un poco desequilibradas?
LEONCIO.—Esa clase de personas me encanta, señor.
EDGARDO.—¿Qué reloj usa usted?
LEONCIO .—Longines
EDGARDO.—¿Le extraña a usted que yo lleve acostado, sin levantarme, veintiún años?
LEONCIO.—No, señor. Eso le pasa a casi todo el mundo.
EDGARDO.—Y que yo borde en sedas, ¿le extraña?
LEONCIO.—Menos. ¡Quién fuera el señor! Siempre he lamentado que mis padres no me enseñasen a bordar, pero los pobrecillos no veían más allá de sus narices.
EDGARDO.—(Satisfecho.) Muy bien, muy bien. Excelente.(Deja el bastidor a un lado.)
FERMÍN.—(Aparte, a LEONCIO.) Ahora, el ejercicio práctico… Recuerde bien todo lo que le he dicho.
EDGARDO.—(A LEONCIO.) Cierre usted los ojos y eche a andar en línea recta hasta aquí. (LEONCIO obedece y llega hasta la cama.) ¡Basta! ¡Perfecto! Ahora vuélvase de espaldas.(LEONCIO se vuelve de cara al público. EDGARDO aprieta un botón de timbre de los varios que han a la cabecera y se oye sonar el timbre dentro.) ¿Dónde ha sonado ese timbre?
LEONCIO.—En el salón. (A un gesto de FERMÍN.) Digo, en el vestíbulo.
EDGARDO.—(Haciendo sonar otro, que se oye también dentro.) ¿Y ese otro?
LEONCIO.—(A una señal de FERMÍN, que simula leer.) En la biblioteca.
EDGARDO.—(Haciendo sonar otro, que se oye dentro asimismo.) ¿Y éste?
LEONCIO.—En… En… (FERMÍN hace ademán de jugar al billar.)En la sala del billar.
EDGARDO.—Bien. Cierre otra vez los ojos. (LEONCIO obedece. EDGARDO coge una pistola del estante y se la dispara al lado de LEONCIO, sin que éste se conmueva en modo alguno.) ¿Le molestó el tiro?
LEONCIO.—Me produjo más bien una sensación agradable.
EDGARDO.—(Contento, a FERMÍN.) Oye, me parece que este chico nos va a servir, Fermín.
FERMÍN.—Ya le dije al señor que le gustaría.
EDGARDO.—Me alegro mucho, aunque también lo lamento, pues cuando él entre a mis órdenes te perderé de vista a ti…
FERMÍN.—Yo bien quisiera seguir en mi puesto, señor; pero el servicio de esta casa le desgasta a uno tanto…
EDGARDO.—Sí. Aquí se quema mucha servidumbre; es una pena. Bueno, pues sigue adiestrándole. Ya sabes: durante ocho o diez días que no se separe de ti, que te siga a todas partes, que se fije bien en todo lo que hagas tú y que tome buena cuenta de cuanto vea y de cuanto oiga. Y así que le des de alta me lo dices para liquidarte a ti y despedirte.
FERMÍN.—Sí, señor.







EXAMEN:


2º Mejora: viernes, 10 de junio

2º C: jueves, 11 de junio

Tema 10: 
La noticia
Complementos del verbo (análisis sintáctico)


Tema 11: 
La argumentación
Los subgéneros teatrales: tragedia, comedia y drama (Apuntes del blog).

Tema 12: 
La argumentación

viernes, 26 de febrero de 2016

EXAMEN: JUEVES, 3 DE MARZO

Tema 7: 
El diálogo
La entrevista
Eñ género narrativo
Tipos de enunciados

Tema 8: 
La narración
Sujeto y predicado

Lectura: Nunca seré tu héroe, María Menéndez-Ponte

miércoles, 27 de enero de 2016

Examen : viernes, 5 de febrero

Contenidos
Tema 5: 
Texto oral y texto escrito
Subgéneros líricos (oda, elegía y sátira).

Tema 6: 
La descripción.
La descripción de personas: prosopopeya, etopeya, retrato, autorretrato (apuntes).
Palabras homófonas. 

* Apuntes: análisis sintáctico de sintagmas:
-Grupo Nominal (GN)
-Grupo Preposicional (G. Prep)
-Grupo Adjetival (G. Adj)
-Grupo Adverbial (G. Adv)